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Ritual de belleza japonés

Geysha. Imagen de Preetysleepy en Pixabay.

Ritual de belleza japonés y aceite de Camelia. Cuando se unen los mejores procesos con los mejores productos, el resultado siempre será extraordinario.

Benefíciate de la unión de lo mejor de la tradición asiática orientada hacia el cuidado de la piel y la higiene personal, y el mejor aceite vegetal de nuestras queridas Camelias, ¡orgullo de Plantas en Galicia!

El objetivo del ritual de belleza

El concepto de belleza aplicado a las personas de los países asiáticos tiene una evolución que va ligada a su desarrollo como sociedades, sus creencias y sus costumbres.

En el caso de Corea y Japón existe una gran influencia cultural mutua en el pasado, y existe un rasgo común que permanece en la actualidad como representante de las costumbres y las creencias de ambas sociedades: su canon de belleza basado en el color blanco de la piel.

“En Japón, un antiguo proverbio dice que «la piel blanca cubre siete defectos» (  no iro no shiroi wa shichinan kakusu) y las mujeres japonesas, sobre todo, realizan numerosos esfuerzos para tratar de mantener la calidad de su piel bajo ciertos estándares, evitando la exposición a la luz solar directa y utilizando productos estéticos especializados en el blanqueamiento de la piel, disponibles en cualquier parte del país.

«Piel blanca en la cultura japonesa«, artículo de la Wikipedia.

El tono blanco de la piel como símbolo de clase social

La búsqueda del color blanco en la piel es algo característico de muchas sociedades, ya que el tono moreno de la piel se asociaba al trabajo en el exterior, a las profesiones más humildes, por ejemplo, en tareas agrarias… por lo que las clases altas encontraban en la piel blanca otro elemento más de distinción y de diferenciación respecto de las clases bajas.

Curiosamente, tanto el mundo oriental como el occidental, sin conocerse, compartieron este mismo gusto y esta misma discriminación por el color de la piel. Era un rasgo diferenciador directo y se convirtió en un símbolo de pertenecer a una determinada clase social.

En el caso de los japoneses, por sus características, tenían una dificultad a mayores respecto de los occidentales. La piel de las personas asiáticas contiene mayor cantidad de melanina, por lo que su tez tiene mayor facilidad para broncearse.

Así, que podrás apreciar que no solamente esta forma de pensar marcó en el pasado sus hábitos de higiene y cuidado personal, también influyó en determinados elementos de su vestuario que les ayudaban a ocultarse del sol, como por ejemplo, las sombrillas.

Sombrilla japonesa. Imagen de japanibackpacker en Pixabay.
Sombrilla japonesa.

El canon de belleza japonés emana de las clases altas

Dos Dinatías entre los años 700 y 1200 sientan las bases de un primer canon de belleza basado en la tez blanca de las mujeres.

  • Periodo Nara (710-794): los polvos blancos para cubrirse la cara comienzan a ser utilizados entre las mujeres.
  • Periodo Heian (794-1185): consolidación de este estilo de maquillaje femenino. Adquiere un significado social o de estatus, de modo que la tez blanca era característico de la alta sociedad.
    • La novela de Genji (Gengi Monogatari)
    • El diario de la dama Murasaki (Murasaki Shikibu nikki)

Estas obras literarias reproducen la vida en la corte y las relaciones entre personajes de la alta sociedad japonesa. La imagen de la mujer, en sus descripciones y en los grabados antiguos aporta información de esta estética femenina.

Así, en su ideal de buscar un cutis blanco y sin imperfecciones, optaron por cubrir su cara de polvos blancos, en donde solamente destacaba por su colorido los labios y las cejas.

La imagen tradicional de un rostro maquillado era: la tez blanca, los labios de un rojo intenso y sus cejas de color negro.

Teatro japonés. Imagen de chihiro_sakai en Pixabay.
Teatro japonés.

El canon de belleza se populariza entre las clases sociales

Un cambio interesante surge con el Periodo Edo (1603-1868), en donde la asimilación del concepto de la tez blanca lograda de forma artificial con el maquillaje en polvo, comienza a derivar en lograr que la piel muestre un tono blanco natural, en donde no se aprecie el maquillaje.

No se abandona la intención de alcanzar este color de piel, pero se le añaden matices muy importantes: el color de la piel debe parecer blanco por naturaleza y, sobre todo, debe brillar.

La Revolución Meiji y el conocimiento de la mujer occidental

Tras la apertura de Japón a la sociedad occidental, a partir de 1868, comienzan a introducirse en la sociedad japonesa modas y costumbres occidentales: ropa, peinado… pero, sobre todo, la imagen de la mujer caucásica.

El modelo de mujer caucásica occidental como ideal de belleza por su tonalidad de piel puede trasladarnos directamente al s. XX, ya que desde un punto de vista básico, esta referencia no ha variado mucho hasta la actualidad.

Como ejemplo actual, los esfuerzos de las empresas de cosméticos en Japón, que orientan las investigaciones de sus productos en alcanzar este objetivo y los promocionan siguiendo el mismo patrón.

Nacen así los productos Bihaku (Belleza del blanco): son los productos cosméticos orientados a eliminar las impurezas o las imperfecciones de la piel, hacer el cutis homogéneo y unificarlo en el color blanco.

¿Cuáles son los principios del ritual de belleza japonés?

El mismo objetivo, tener un color de piel blanco, diferentes técnicas y procedimientos hasta desarrollar un método que pervive en la actualidad.

El ritual de belleza japonés requiere tiempo y organización, paciencia y capacidad de disfrutar del propio ritual.

El resultado se valora en la actualidad tal y como aprendieron los japoneses a entender su formulación: la piel es el reflejo de la salud de nuestro cuerpo, tanto física, como mentalmente.

El primer tratado de belleza de la mujer japonesa

El primer tratado de belleza de las mujeres japonesas se realiza, precisamente, durante el Periodo Edo, y es una recopilación de usos y costumbres de higiene y de cuidado personal desde el punto de vista de la naturaleza.

Aquí se describen los cuidados de la piel femenina como una forma de conseguir una piel hidratada y de aspecto natural. Desde lavarse la cara hasta crear mascarillas y utilizarlas, todo con el objetivo de conseguir esa tez blanca natural.

La piel refleja la salud del cuerpo

La mujer japonesa lo tenía claro en este sentido. La higiene de su piel o de su cabello se realizaba con productos aportados por la propia naturaleza, en un intento por tener una piel sana y natural.

Con esta perspectiva, se entiende que el cuidado de la piel es muy importante para la mujer japonesa incluso ahora en la actualidad. La higiene y el cuidado de la piel tienen su primera concepción de ritual en este periodo, y significa que ninguna piel puede alcanzar su objetivo si no está sana.

Y para que esté sana, las mujeres deben basar sus cuidados en ritos de purificación que se encuentren relacionados con la Naturaleza: el agua, las plantas medicinales, etc.

Una vez que se tiene una piel sana, el maquillaje cosmético es usado para lograr el blanco natural con brillo que tanto ansiaban.

Los cuidados de la piel deben realizarse en la intimidad

En relación a las enseñanzas dentro del Periodo Edo de la historia japonesa, las mujeres no se aseaban ni se maquillaban en público como norma general.

Dado que tenían que mostrar ese aspecto cuidado y natural a lo largo de todo el día, desde que se levantaban hasta que se acostaban, debían retocarse  en numerosas ocasiones, por lo que empezó a desarrollase la idea de que los cuidados eran un secreto.

Sin embargo, la explicación era que se consideraba de mal gusto que una mujer se maquillara en público, porque era ir en contra del concepto de la piel natural; es decir, el acto de retocarse evidenciaba la manipulación que hacía sobre su piel para lograr ese color.

El tiempo dedicado al cuidado de la piel es un tiempo dedicado a la salud personal

Otra importante característica que se vincula a la intimidad del ritual: el tiempo dedicado es un momento de desconexión de la realidad y del estrés del día a día, por lo que es bueno para el cuerpo y para la mente.

También, desde este punto de vista, el ritual de belleza daba la impresión de tener una halo de misterio y secretismo, pero en el fondo fue simplemente una manera de reclamar un tiempo a lo largo del día que pertenecía a la persona de forma individual.

En la actualidad se estudia la relación de los cosméticos con la piel, pero también el tiempo dedicado a uno mismo con su bienestar, con su alegría, con su energía positiva y sus ganas de vivir.

El cuidado de la piel determina el grado de belleza de la persona, independientemente de la edad

En la actualidad sigue siendo así, una mujer japonesa se considerará bella si su piel se muestra sana y natural, independientemente de la edad que tenga.

Los cuidados de la piel y del cabello mantienen un porcentaje de tradición, como por ejemplo el uso de agua, jabones y aceites de tipo vegetal para la higiene y para la hidratación; y un porcentaje de modernidad, como por ejemplo el uso de los cosméticos.

Con todo, la industria cosmética busca convencer a los japoneses con productos que fomenten la salud de la piel y su buen funcionamiento, más que limitarse a corregir sus imperfecciones.

El ritual de belleza es un procedimiento por fases

La esencia del ritual de belleza: sistematizar qué productos utilizar, por qué usarlos, cómo,  y en qué orden.

Al igual que en los Caminos de la vida, el ritual de belleza se centra en un objetivo simple y establece un procedimiento en fases para alcanzarlo.

Cada fase es estudiada individualmente y se mejora con el tiempo y con nuevos productos; todas las fases quedan entrelazadas, de forma que el resultado sea perfecto.