Los abonos y fertilizantes para las plantas son los productos que aportan los nutrientes o alimentos necesarios a nuestras plantas para su correcto desarrollo, tanto de forma directa (asimilación foliar o abonos líquidos de acción inmediata), como a través de la formación de reservas nutritivas en el subsuelo, a disposición de las raíces de las plantas a medio y largo plazo (por ejemplo, gracias al empleo de enmiendas orgánicas, compost vegetal o humus de lombriz).
Los abonos y fertilizantes para las plantas pueden ejercer una doble función en el caso de los abonos orgánicos: la regeneración del suelo.
Las aportaciones que realizamos en nuestro jardín, dentro de nuestras tareas de mantenimiento anuales, sirven para mantener una estructura del suelo beneficiosa para el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Más allá de aportar nutrientes de asimilación directa, facilitan la formación de estructuras en el subsuelo por donde existe una sana aireación para las raíces (oxigenación radicular), una acumulación de humedad en pequeñas reservas o bolsas de agua (hidratación sin encharcamiento) y un acceso a los nutrientes almacenados en el subsuelo (nutrición a largo plazo).