El compost doméstico nos ayuda a mantener los principios de una ecología urbana y reducir nuestra huella ecológica en el medioambiente.
Podemos ponerlo en práctica gracias al método Bokashi japonés, o podemos hacer compost de forma tradicional en un compostador; el resultado es el mismo y siempre es a favor de la naturaleza.
ÍNDICE
¿Cómo ayuda el compostaje doméstico a nuestras ciudades?
Cada uno de nuestros hogares genera residuos y materia orgánica durante el día a día.
Las ciudades se fueron adaptando y poco a poco fueron estableciendo planes de reciclaje de los residuos urbanos, comenzando con contenedores para facilitar la separación del residuo de nuestras casas (papel, cartón, vidrio…), realizando campañas informativas de cómo reciclar, y poniendo en funcionamiento plantas industriales de reciclado y procesado de los residuos.
Las técnicas de compostaje para materiales biodegradables son tradicionales.
Vienen utilizándose desde hace siglos en el entorno agrario, y poco a poco se fueron adaptando sus utensilios para poder realizar procesos de compostaje para los residuos orgánicos dentro de cualquier hogar.
Si tenemos una finca o una casa con jardín o terraza, nuestro volumen de residuos aumenta, ya que tenemos que añadir los generados en el mantenimiento de las plantas, el césped, los árboles… Son residuos orgánicos vegetales de alto valor para la fertilización de las plantas.
El compostaje doméstico en el entorno urbano ayuda a la gestión ecológica de las ciudades, porque representa un reciclaje familiar de los propios residuos domésticos.
De esta forma, acaba una cantidad menor en los recolectores de basura, reduciendo sus costes de procesado, reduciendo los malos olores del entorno, y reduciendo la propia cantidad de residuo orgánico de nuestros vertederos.
Por otra parte, es una expresión viva del reciclaje y del retorno al medio natural, aportando muchos beneficios a los terrenos de nuestros jardines, las huertas o el sustrato de plantación de nuestras queridas amigas las plantas.
Todo ello sin riesgo de aportar a la naturaleza productos contaminantes de su suelo y de su agua.
¿Cómo hacer compost doméstico?
La técnica más usada para poner en marcha el proceso es el método del compostaje en montón: consiste en preparar una pila de materia biodegradable de forma organizada para su degradación natural.
El compostaje doméstico adapta esta técnica al entorno urbano y desarrolla los útiles para realizarla de forma cómoda y sencilla, gracias a los compostadores y a los activadores del compostaje.
Los compostadores domésticos
Los compostadores son recipientes de plástico que cumplen con los requisitos del compostaje. No tienen suelo, para que la materia en descomposición se encuentre en contacto con el terreno; y tienen agujeros para facilitar la ventilación, de modo que podamos reducir el exceso de humedad en la mezcla interior.
Una característica de todo compostador doméstico es la puerta inferior. Es muy útil, ya que nos permite ir retirando el compost de las mezclas más antiguas, mientras seguimos rellenando de materia biodegradable el compostador por la parte de arriba.
Activadores del compostaje
Existen compuestos en el mercado para facilitar el proceso de compostaje y enriquecerlo. Pueden ser para todo tipo de compost, o pueden estar más especializados en los restos vegetales.
En general, aportan sustancias orgánicas y nitrógeno, de modo que podamos sustituir la aportación de estiércol de granja en nuestra mezcla doméstica.
Su forma de utilizarse es la misma que el estiércol en el método de compostaje del montón, ya que debe incorporarse en pequeñas aportaciones, cada vez que se vierten residuos biodegradables en el compostador, de modo que se alternen capas de diferentes materiales.
¿Qué material se puede compostar?
Entre los residuos que generamos en nuestras casas, podemos hacer compostaje solamente de una parte de ellos, por ejemplo:
- Restos de frutas y verduras.
- Restos de café o de té.
- Cáscaras de huevo.
- Hojas, ramas y restos de poda.
Sigue nuestro consejo y busca siempre trocear los restos buscando un tamaño similar, una mezcla homogénea, para facilitar que su descomposición se realice en el mismo plazo de tiempo.
Los residuos que nunca debemos aportar al proceso de compostaje son, por ejemplo:
- Restos de comida, grasa de carne, aceites y productos lácteos.
- Excrementos de animales domésticos.
- Pañales.
También debemos evitar materia que puede ser alterada o contaminada con productos químicos, como por ejemplo:
- Revistas o papeles con color.
- Restos de poda tratados con productos químicos contra los insectos.
- Restos vegetales con pulgones, cochinillas, etc.
- Vidrio, plástico, metales…
Precauciones a la hora de hacer compost doméstico
Las técnica del compostaje doméstico es pasiva. Esto quiere decir que no tenemos que realizar una serie de controles característicos de las técnicas tradicionales, como por ejemplo, el volteo de la materia a compostar durante el proceso para facilitar su oxigenado e impedir su apelmazamiento.
Tampoco es necesario medir constantemente la temperatura de la mezcla para garantizar que el proceso de fermentación se encuentra en su temperatura correcta. Aunque es bueno saber que ésta se sitúa entre 35ºC y 55ºC.
Lo más importante es garantizar que el compostador se encuentre en un lugar fresco y ventilado, y que no haya ninguna estructura tapando los agujeros de sus paredes, ya que impide la circulación del aire. También debemos contar con una protección contra la lluvia, un pequeño tejado sería ideal.
De esta forma podemos controlar el proceso de compostaje sin estar continuamente preocupándonos de podredumbres y de malos olores, que serían el resultado de un mal resultado y un compost inservible.
Un pequeño truco para controlar la humedad es coger un puñado de la mezcla con la mano y apretar. Si sale agua, tiene exceso de humedad y habrá que corregirlo aportando mayor cantidad de materia que absorba este exceso; porque esta agua puede ser la responsable de un mal resultado.
¿Cuándo está listo el compost?
Recuerda que el compost puede ser fresco o joven (2 meses de fermentación) o maduro (4 meses de fermentación).
El compost está listo cuando:
- Presenta un aspecto de sustrato, de tierra.
- Su temperatura se reducirá y estará a nivel ambiente.
- Lo notarás seco al tacto.
- No desprenderá malos olores.
Es posible que en la mezcla detectes materia sin descomponer, por ejemplo, huesos de fruta o trozos grandes de madera…es normal, esta materia tarda más tiempo en descomponerse, por lo que recuerda que es muy importante utilizar siempre una mezcla homogénea, también en tamaño.
De todas maneras, esto no anula el resultado del compost, ya que puedes cribarlo y devolver estos restos al compostador como parte de un nuevo proceso de compostaje.
Las propiedades del compost doméstico
El compost es un regenerador del suelo, ya que modifica y mejora sus propiedades físicas: rompe su densidad y lo hace poroso y esponjoso, permitiendo un mayor almacenamiento de agua y de actividad biológica.
Al mismo tiempo, el compost es un fertilizante orgánico, ya que aporta nutrientes de diferente condición y facilita su almacenamiento en el subsuelo.
De esta forma, las raíces de las plantas alcanzan con mayor facilidad (el suelo esponjoso reduce la resistencia al desarrollo radicular) los depósitos de agua del subsuelo, y absorben y procesan los nutrientes de sus depósitos naturales.