Las enfermedades parasitarias de las Hortensias tienen diferentes orígenes: bacteriano, fúngico o viral. ¡Vamos a prevenirlas o combatirlas!
ÍNDICE
- 1 Las enfermedades parasitarias de las plantas
- 2 Las enfermedades del Rododendro
- 3 Enfermedad del limonero
- 4 Enfermedades causadas por hongos
- 5 ¿Qué es un patógeno?
- 6 Fungicida de cobre para las enfermedades fúngicas de tus plantas
- 7 Bioestimulante de algas marinas para las enfermedades de tus plantas
- 8 La defensa frente a las enfermedades parasitarias de las Hortensias
Las enfermedades parasitarias de las plantas
Se define como enfermedad parasitaria de una planta a cualquier alteración de su metabolismo vegetal provocada a nivel celular por un patógeno o agente externo.
Tienen dos características muy importantes, que son determinantes para los cuidados de los cultivos y de las plantas: todas las enfermedades parasitarias son infecciosas y se pueden transmitir en su entorno, afectando al conjunto vegetal. Por lo que el control preventivo de enfermedades es muy valorado en la producción de alimentos y productos derivados.
¿Qué es un patógeno?
Un patógeno es un organismo o ser vivo de tamaño microscópico, que se alimenta de la planta a nivel celular.
¿Cómo prevenir las enfermedades parasitarias de las Hortensias?
Las enfermedades parasitarias son difíciles de prevenir, ya que solamente las podemos detectar en las plantas a través de sus síntomas, y no dejan de ser indicadores de que ya han contraído la enfermedad, por lo que solamente aceptarán su tratamiento correspondiente.
La prevención de una enfermedad parasitaria se organiza a partir del conocimiento del medio, de las técnicas de cultivo y de la cultura de prevención y mantenimiento de los aperos y útiles de trabajo.
Por ejemplo: si conocemos las condiciones medioambientales propicias para el desarrollo de una enfermedad fúngica, como la mildiu o el oidio, podremos realizar tratamientos preventivos con un fungicida en el momento oportuno para ayudar a nuestras plantas a prevenir el ataque de estos hongos sobre sus hojas.
Fungicida de cobre para las enfermedades fúngicas de tus plantas
El cobre puede usarse como fungicida preventivo o curativo. Es frecuente emplearlo de forma regular desde la Primavera hasta el Otoño, siguiendo las indicaciones del fabricante.
¡Prepara siempre la mezcla que vayas a emplear en tus plantas!
Además, si conocemos los vehículos de transmisión de los patógenos, también podremos controlar la infestación de una enfermedad parasitaria en su entorno, o ayudarlo a trasladarse de una zona infestada a una zona sana.
Por ejemplo: limpiando y desinfectando las herramientas de poda (tijeras) y limpieza (arados y desbrozadoras) en los soutos de castaños para prevenir la expansión del chancro o podredumbre del castaño.
Recuerda que una acción tan simple como pulverizar alcohol diluido en agua sobre tus tijeras de poda, puede prevenir la transmisión de patógenos de unas plantas a otras.
¿Cómo llegan las enfermedades a las plantas?
Los medios de transmisión de las enfermedades parasitarias son los agentes que se encargan de trasladar los patógenos hasta las plantas, y se conocen como los medios de dispersión del patógeno.
Realmente son vehículos de transmisión muy básicos: el viento y la lluvia, las plagas de insectos, y la acción de animales o del hombre.
- El viento es el medio de dispersión del patógeno que consigue una mayor eficacia en esta labor.
Por ejemplo: la acción del viento desplaza a largas distancias las esporas de los hongos.
- La acción del hombre también puede tener una repercusión de importancia dentro de una localidad, municipio o provincias.
Por ejemplo, una persona que limpie soutos entre Ourense y el Bierzo puede ser responsable de una dispersión muy amplia del hongo Cryphonectria parasitica, responsable de la enfermedad del chancro en los castaños.
En su responsabilidad está la limpieza y desinfección de sus herramientas y útiles de trabajo.
¿Cómo entra una enfermedad en una planta?
A partir de que un patógeno llega a una planta gracias a la acción de un medio de dispersión, comienza la inoculación o proceso por el que un patógeno o una parte de él (inóculo) intenta introducirse en la planta y puede desarrollar una enfermedad.
La acción del patógeno puede ser directa, degradando la epidermis vegetal hasta lograr su objetivo, o puede aprovechar una puerta de entrada.
Las plantas tienen de forma natural puertas abiertas a la introducción de los patógenos, como pueden ser sus estomas (poros regulables de la epidermis vegetal). Pero los patógenos también pueden aprovechar las heridas en las plantas provocadas por la acción del hombre o por condiciones climáticas (granizo, viento fuerte…).
Una vez dentro de la planta, el patógeno comenzará el proceso de incubación, por el que se alimenta y se desarrolla.
¿Cómo sobreviven los patógenos fuera de las plantas?
Un patógeno puede vivir fuera de una planta gracias a su estado de supervivencia.
El patógeno siempre va a emplear su entorno como un recurso de alimentación y desarrollo, por lo que puede sobrevivir en restos de materia orgánica sin problemas, por ejemplo en el suelo, sobre materia en descomposición.
Otros soportes para su supervivencia son: restos vegetales de plantas afectados anteriormente, raíces y frutos dañados, semillas de plantas infectadas…
También podrían emplear a insectos que se hayan alimentado de plantas enfermas (enfermedades víricas).
Bioestimulante de algas marinas para las enfermedades de tus plantas
Abono bioestimulante natural a base de algas marinas que nutre y aumenta las defensas naturales de tus plantas de forma completamente ecológica y respetuosa con el medioambiente.
Puedes utilizarlo en todas tus plantas ornamentales y en todos tus cultivos como complemento nutricional a los abonos específicos. Siempre aplícalo en pulverización foliar y respetando las indicaciones del fabricante.
La defensa frente a las enfermedades parasitarias de las Hortensias
Las Hortensias y las plantas de nuestro jardín son seres vivos que tienen un sistema defensivo propio para la defensa contra las enfermedades.
Las propias estructuras de las plantas pueden ser un mecanismo de defensa, como por ejemplo: tener vello en la epidermis que rechace al patógeno, producir ceras defensivas, o alterar sus troncos generando corcho sin vida que impida la progresión del patógeno.
A nivel interno, las defensas naturales de las plantas se conocen como defensas bioquímicas. Por ejemplo, las plantas pueden rechazar a los patógenos perdiendo propiedades nutrientes exclusivas para ellos, o produciendo sustancias venenosas en su interios.
Así, algunos de estos mecanismos de defensa pueden ser ayudados por nuestra parte gracias a la aportación de nutrientes o complementos que recarguen las energías de las plantas y les permitan mantener activas sus defensas naturales.